Lais de Bisclavert, María de Francia

    Marie de France escribió entre sus lais, en el s.XII, la historia de un noble licántropo, cuya imagen es positiva en lugar de monstruosa. El lais de Bisclavert fue un modelo a imitar por otros autores (por ejemplo en el "Lais de Melion" o el relato del Alphouns incluido en el "Roman de Guillaume de Palerne").

   
    “ Dado que me propuse cantar lais,

    No quiero olvidarme de Bisclavret.

    Bisclavret dice el bretón;

    Garwfdicen los normandos.

    Antaño se podía oír

    - y con frecuencia ocurría-

    que ciertos hombres se hacían

    Lobos y vivían en los bosques.

    El hombre lobo es bestia salvaje.

    Cuando está rabioso, hombres

    Devora, causa grandes males

    Yendo y viniendo en el bosque.

    Dejemos pues la cuestión;

    Quiero contaros del hombre lobo.

    En Bretaña vivía un barón

    De quien oí maravillas;

    Caballero apuesto y bueno,

    Siempre actuaba con nobleza.

    Era íntimo de su señor

    Y todos sus vecinos lo querían.

    Tenía esposa muy rica

    Y muy agradable de ver.

    Él la amaba y ella a él.

    Pero había algo que a ella le molestaba:

    Cada semana lo perdía

    Tres días enteros, no sabía

    Qué le pasaba ni adónde iba;

    Tampoco lo sabía ninguno de los suyos.

    Una vez en que volvía

    A su casa, alegre y contento

    Lo interrogó.

    - Sire  -le dijo-, mi bello y dulce amigo,

    una cosa preguntaros

    yo quisiera, si me atreviese,

    Pero temo mucho vuestra ira.

    A nada le temo tanto.

    Cuando la oyó, la abrazó

    Y atrayéndola le dio un beso.

    - Señora  - dijo-, ¡Preguntad!

    No hay cosa que yo no quiera

    Deciros, si puedo hacerlo.

    - ¡A fe mía – dijo ella- estoy salvada!

    ¡Sire, tanto miedo tengo yo

    Los días que no estáis a mi lado!

    El corazón mucho me duele

    Y tanto temo perderos

    Que si muy pronto no hallo consuelo

    Creo morir de inmediato.

    ¡Decidme adónde vais,

    Adónde estáis, dónde os quedáis!

    ¿A otra amáis?

    Si es así, es grave falta.

    - Señora, por Dios, piedad!

    Grandes males sufriría si os lo digo,

    De mi amor te alejarías

    Y yo mismo me perdería.

    Cuando la dama lo oyó,

    No lo tomó como broma.

    Tantas veces le pregunta,

    Tanto lo elogia y adula

    Que su aventura le cuenta

    Y cosa alguna le oculta.

    - Señora, me convierto en hombre lobo,

    En el bosque me introduzco

    En la espesura cerrada,

    Y allí vivo de las presas y rapiña.

    Cuando todo le contó

    Ella entonces preguntó

    Si iba desnudo o vestido.

    - Señora – dijo- , desnudo.

    - Dime, por Dios ¿y tus ropas?

    - Señora, eso no responderé,

    pues si llegara a perderlas

    o me vieran al dejarlas

    Hombre lobo sería yo para siempre.

    No tendría yo socorro

    Hasta que me fueran devueltas.

    No quiero pues que se sepa.

    -Sire – respondió la dama-,

    soy quién más te ama en el mundo:

    Nada debéis ocultarme, de mí no debéis dudar.

    No sería ya amistad.

    ¿Mal os hice? ¿Por qué pecado

    Cometido dudáis de mí?

    Bien será que lo digáis.

    Tanto lo apremia, le suplica,

    Que ya no puede negarse.

    -Señora – dice-,  entrando al bosque,

    junto al camino que tomo,

    hay una vieja capilla

    Que a menudo me ha servido.

    Hay allí una piedra hueca,

    Debajo de unos arbustos.

    Dejo allí mis pertenencias

    Hasta volver a la casa.

    La dama oyó esa maravilla

    Y enrojeció de pavor.

    Se espantó de la aventura

    Y ya no pensó en otra cosa

    Que en dejar su compañía,

    Yacer con él no quería.

    A un caballero del condado

    Que largamente la había amado

    Suplicado y requerido

    Y que le ofreció su servicio

    - a quien ella no amaba

     ni su amor le prometía-

    ahora le manda un mensaje

    abriendo su corazón:

    “Amigo mío – le dice-, alegraos!

    Eso por lo que penáis

    Os lo doy sin dilación:

    No opondré yo resistencia;

     Mi amor y cuerpo os ofrezco,

    ¡Amante vuestra he de ser!”.

    Le agradece el caballero

    Y le toma la palabra

    Jurando que él cumplirá.

    Luego ella le contó

    Lo que hacía su señor,

    Y en el bosque le enseñó

    Dónde dejaba sus ropas.

    Así fue traicionado el hombre lobo

    Y por su mujer vendido.

    Ausente muy a menudo,

    Como era de esperar, pensaron todos

    Que se había marchado para siempre.

    Preguntaron y buscaron.

    No se lo pudo encontrar.

    Terminaron las pesquisas.

    Se casó entonces la dama

    Con ese que la quería.

    Pasó así un año entero,

    Hasta que el rey fue a cazar.

    Se marchó directo al bosque

    Donde estaba el hombre lobo.

    Una vez sueltos los canes,

    Muy pronto allí lo encontraron.

    Todo el día lo siguieron

    Los perros y cazadores,

    Tanto que al final lo alcanzan

    Y ya van a destrozarlo.

    Tan pronto como ha visto al rey,

    Su misericordia implora.

    Pronto se aferra a su estribo

    Y le besa pierna y pie.

    Lo ve el rey y siente miedo

    Y a sus compañeros llama.

    - ¡Señores – dice-, venid!

    ¡Mirad esta maravilla!

    ¡Ved la bestia que se humilla!

    Como un hombre piensa e implora.

    ¡Que retrocedan los perros

    y que ninguno lo hiera!

    La bestia piensa y comprende.

    ¡Apresuraos!, ¡Partamos!    

    A la bestia la perdono.

    No deseo cazar más.

    El rey se vuelve a la corte.

    El hombre lobo lo sigue

    Muy de cerca, no se aparta,

    No desea abandonarlo.

    El rey lo lleva al castillo

    Satisfecho y muy contento

    Ya que nunca ha visto igual.

    Por maravilla lo tiene

    Y gran cariño le guarda.

    A los suyos ha ordenado

    Que lo cuiden por su amor,

    Y que nadie lo maltrate,

    No le peguen ni lo hieran,

    Que alimento no le falte.

    Todos lo cuidan con gusto.

    A diario entre caballeros

    Y junto al rey él se echa.

    No hay nadie que no lo quiera;

    Es tan franco y es tan bueno

    Que a nadie busca hacer mal.

    Allí dónde el rey se fuera

    Ni un segundo lo abandona.

    Sabe lo que quiere bien.

    Oís después que pasó

    A una corte ha convocado

    El rey a todos sus barones

    Que tuvieran feudo propio

    Para ayudar en la fiesta

    Para servirlo mejor.

    Quien casó con la mujer

    Del hombre lobo allí fue

    Muy ricamente ataviado.

    No sabía que tan cerca

    Al lobo se iba a encontrar.

    A penas llegó al palacio,

    Encontrose al hombre lobo,

    Que corrió hasta donde estaba él

    Y con los dientes lo arrastra.

    Mayor daño le habría hecho

    Si no lo llamaba el rey

    Con una vara en la mano.

    Dos veces quiso morderlo.

    Asombrados quedan todos

    Pues jamás procedió así

    Ante la vista de nadie.

    Todos en la casa dicen

    Que no actúa sin razón,

    Que por algo está ofendido

    Y desea pues vengarse.

    Nada más pasó ese día.

    Se marcharon los barones

    Y a sus casas retornaron.

    Entre aquellos caballeros

    Partió muy presto el mordido ,

    El que atacó el hombre lobo.

    No sorprende si lo odia..

    No pasó mucho tiempo

    - según creo -

    sin que volviese al bosque el rey,

    que era tan sabio y cortés,

    Donde fuera encontrado el hombre lobo.

    Con él marchaba la bestia.

    Fue así que al caer la noche

    La corte allí se instaló.

    Lo supo la pérfida esposa

    Y solícitamente vistiose.

    A la mañana al rey fue a hablar

    Llevándole un rico presente.

    Cuando el animal la vio venir

    Nadie pudo retenerlo:

    Hacia ella corrió rabioso.

    ¡Oíd lo bien que se ha vendado!

    Le arrancó la nariz del rostro.

    ¿Qué otro daño podía hacerle?

    Todos lo han amenazado

    Y lo habrían despedazado

    Si un sabio no le hablaba al rey:

    - Sire –le dijo - ¡escuchadme!

    Esta bestia ha vivido a vuestro lado.

    Y no hay entre nosotros

    Nadie que no la haya visto largamente.

    Jamás tocó a hombre alguno

    Ni demostró felonía,

    Salvo atacar a esta dama.

    Por esta fe que yo os debo,

    Algún motivo él tendrá

    Contra ella y su señor.

    Ella fue esposa de aquél

     A quien tanto vos queríais

    Y se perdió, sin que hasta hoy

    Sepamos qué le pasó.

    Obligad con tortura a esta mujer

    Para hacer que diga algo

    Que nos deje saber por qué la odia.

    ¡Haced que hable si ella sabe!

    Muchas maravillas presenciamos

    Sucedidas en Bretaña.

    El rey siguió su consejo:

    Retenido el caballero,

    Hizo apresar a la dama

    Y la ha puesto en gran tormento.

    Por el dolor y por miedo

    Todo contó de su señor:

    Cómo lo había traicionado,

    Cómo lo hubo despojado,

    La aventura que él contó, en qué cambiaba, dónde iba

    Y cómo luego de quitarle los vestidos

    Nunca más fue visto en la región.

    Ella bien pensaba ahora

    Que esa bestia fuera aquél.

    El rey le exigió la ropa

    Que a su pesar la dama entrega.

    Al verla el hombre lobo,

    Ni la mira ni se acerca.

    Fue entonces cuando aquel sabio

    Que al rey hubo aconsejado

    Dijo: - Sire, no lo estáis haciendo bien.

    Por nada este hombre lobo

    Se vestiría ante vos

    No cambiaría de forma.

    No sabéis lo que significa:

    Sentiría gran vergüenza.

    Llevadlo a vuestros aposentos

    Y que la ropa le alcancen.

    Dejémosle un taro largo.

    Veremos si se hace hombre.

    El rey mismo lo condujo

    Cerrando tras de sí las puertas.

    Volvió al cabo de algún tiempo

    Con dos barones a verlo.

    Los tres entran en la pieza

    Y sobre la cama del rey hallan

    Que durmiendo está el caballero.

    Corrió el rey para abrazarlo,

    Más de cien veces lo besa.

    A penas éste se repuso,

    Le entregó toda su tierra,

    Y más, que yo no lo digo.

    A la mujer la expulsó

    De la región y la corte.

    Con ella partió aquel otro

    Que había traicionado a su señor.

    Ambos tuvieron muchos hijos

    Por su aspecto y su rostro conocidos:

    Varias mujeres del linaje

    Nacieron desnarigadas

    Y vivieron sin nariz.

    La aventura que habéis oído

    Verdad fue, no lo dudéis.

    Del hombro lobo es el lais

    Que espero siempre recordéis.”

    

    Fuente: Fondebrider, Jorge; Licantropía, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2004. pp.67-76.

    
    Notas acerca de simbología en el lais de Bisclavret

                                      
  “El lais de Bisclavert también recibe el nombre de Garwalf en las leyendas normandas. Garwalf se relaciona con werewolf, es decir el hombre lobo. La creencia en tales criaturas era extensa en la Edad Media. Según las leyendas son propensos a morar en los bosques, lugares que se considerarán como peligrosos y espantosos.

    En este lai tenemos el ejemplo de la esposa curiosa que sólo busca desvelar el secreto de su marido para perjudicarle es el modelo bíblico da Sansón y Dalila.

    Vemos que el protagonista aunque se convierta en hombre-lobo no ataca a los humanos, vive de la caza, podría ser un intento por parte de la escritora de darle una moral al protagonista y hacernos entender que todo lo que hace es porque es victima de su propia transformación.

    En este lais se da tanta importancia al hecho de aparecer desnudo ya que la desnudez como tal es el distanciamiento de la civilización, la ropa es lo que diferencia al ser humano de los animales.

    La capilla donde el hombre-lobo realiza la transformación nos transmite la idea de que dicha metamorfosis se hace al amparo de un lugar sagrado.

    A causa de la traición de su esposa él perderá la condición de ser humano cuando el amante de esta le robe la ropa. Así pasará un año entero hasta que el rey vaya a cazar y lo encuentre, por avatares del destino el rey se apiadará de él y se lo llevará con él a su castillo.

    Aquí encontramos el tema folklórico y recurrente del perro fiel. En la simbología medieval el león que tendría mucho que ver con el perro es el animal heráldico prototipito, es el símbolo de la realeza. También a los pies de las tumbas de los caballeros veremos un león o un perro de caza porque representan la fortaleza y la valentía en el combate. A los pies de las damas podemos ver, aunque sin generalizar, un perro de compañía porque este simboliza las virtudes de lealtad y fidelidad al marido, estas son las virtudes medievales de toda buena dama. Por eso podría ser paradójico que la mujer del hombre-lobo fuese atacada por un “perro” encarnado en la figura de su marido, ya que ella no reúne las características de buena dama..

    Bisclavert cuando ataco a su esposa le arranco la nariz y este tipo de mutilaciones eran frecuentes en la Edad Media y se efectuaban a los malhechores. Además, esta mutilación no sólo será una marca física sino que afectará a todo el linaje por la magnitud de la afrenta que hizo la mujer de Bisclavert a este.”

    Acerca de la Autora:

    Maria de Francia es la primera escritora francesa de nombre conocido que aparecerá como autora de tres obras en la segunda mitad del siglo XII. Servirá de modelo a los demás escritores que trataron la Materia de Bretaña y la narrativa en verso.

    La producción literaria de Maria de Francia consta de los lais (doce narraciones fantásticas inspiradas en las composiciones musicales de juglares), la traducción de las Fábulas de Esopo del inglés al francés y la traducción del Espurgatoire Saint Piatrice obra que narra las aventuras del apóstol de Irlanda, del latín.

    Es característico de la autora dejar traslucir el influjo de obras contemporáneas, aludir a autores de la Antigüedad clásica. La obra de Maria de Francia más llamativa fueron los lais, la colección de doce relatos breves que tiene como tema central el amor y que se desarrollaran en Bretaña. Maria de Francia llamaba lai a las composiciones musicales que los bretones tocaban con arpa y acabo designando con el mismo termino las narraciones breves de tema bretón. Los lais se inspiran en los juglares pero su elaboración se debe al trabajo de Maria de Francia, que fue mujer de gran cultura y sensibilidad para dotar a los personajes de matices psicológicos. Vemos que los lais recogen influencias folklóricas que muchas veces predominan sobre el amor cortés y el influjo de los textos latinos se impone sobre la ingenuidad del cuento.

    Fuente:  “María de Francia” publicado por Silvia B, de la Universidad de Alicante en:  http://html.rincondelvago.com/maria-de-francia.html


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